SE LO DIJE AL ESPEJO

 

SE LO DIJE AL ESPEJO



            Lo había ensayado durante varios días delante del espejo. Mientras el ascensor subía al tercer piso, —aun sabiendo que no podría no desmoronarme antes de acabar de recitarlo— lo repetí por vigésima vez en voz bajita:
            —Hola, muy buenos días. Mira, pues nada, te quería decir una cosita… un pequeño comunicado como se suele decir, ¿verdad? Pues, la cosa es… que, muy a mi pesar, este viaje ha llegado a su fin; porque yo pienso que más vale una retirada a tiempo que no estar dando el coñazo día tras día ¿me entiendes? No quiero hacerte daño…
             Me rasqué la barba y luego me pellizqué el entrecejo diciendo que no con la cabeza.
            —Entonces, una cosita… a, y también he de arreglarme una cosita en el estómago… que no va demasiado bien, pero, de verdad, no te preocupes… Eso sí, requiere de una pequeña intervención. Y eso, ya veremos cómo va; y si palmo, (dije con una sonrisa nerviosa y una lagrima asomando por el párpado) pues bueno, siempre nos quedaran estos meses que hemos pasado juntos; y si todo va bien, pues prometo volver… No sé cuándo, pero como dijo aquel: Volveré…


Comentarios